Brujas

Las brujas que operan en el Gran Buenos Aires, al llegar la tarde, vuelven volando en sus escobas a Magdalena. El recorrido de estas damas de dudosa fama, para por nuestra casa. Antes pasaban de noche, pero con el cambio de horario al de verano, pasan de día, surcando el cielo en una caravana negra y vistosa. Así, que con los muchachos de la pensión, sacamos las reposeras al patio, con termo y mate, y esperamos a "las chicas", como le decimos nosotros.
Algunas van con búhos o gatos de acompañantes, otras con bolsas de disco, y otras con algún que otro niño desobediente. Inclusive, nos amenazan desde el aire: si no estudian, los convertimos en sapos y los hacemos bailar un tango flamenco.
Hugo, el mas porfiado, les tiro una piedra. No le pego a ninguna, pero una brujita muy joven lo vio, y no quiso dejar pasar la oportunidad de darle una lección. Pensó, esta brujita, que convertirlo en un sapo que bailara flamenco, en estos tiempos de feria, le traería al muchacho mas fama que escarmiento. Entonces, la brujita, llamativamente malvada para la edad que mostraba, lo miro y le dijo: "Como castigo, jovencito, Vas a enamorarte."
Y díganme ustedes, si la crueldad de esta bruja no es infinita. A caso conocen suplicio mas grande, mas dulce y terrible, que estar enamorado.

1 comentario:

gracias por comentar =)

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