Vos vas a abrir esa puerta, dejarme pasar y ver como cruzo el umbral de tu departamento, vas a ver mi espalda mojada de un diciembre caluroso y con tu mano vas a dibujar en las letras de tu extraño alfabeto que me traen trinos de pajaros de una tierra calida que se alzan al vuelo por valles que explotan de verdes de arboles, verdes de frutos, de agua verde que se cuela por los dedos de tus pies mientras el sol te ciega y sentis en la cara las gotas el sol en tu cuerpo, el agua  subiendo por tus muslos inundando un segundo la nostalgia y que lejos que estoy para...

Yo te voy a buscar con mis manos, estas van a encontrar el tacto suave de tu pollera color calor, ahora que esas manos la quitan y sienten a carne  y como un rio tus piernas se abren, siento en la boca el sabor de miels de frutas que estallan en mi lengua, y me decis, me pedis que vaya, que venga, que me quede, que no, que si, que levante la vista, que me me deje quemar la cara por el mismo sol, que moje los dedos de mis pies con la misma agua de aquel mismo rio que sube al norte, buscando el mar como yo busco tu vientre, y navego por ahi para...

Vos vas levantar esa arena, buscando un rostro, arañar la arena tratando de buscar la s letras que expliquen tanta distancia, tantos kilometros que hace poco eran centimetros que separaban tus uñas de la piel de mi espalda mientras sacabas la remera roja, la tirabas al suelo junto a la mesa de algarrobo que ya sostiene tus muslos mis manos tu ropa, los libros, las cartas que no vas a mandar ni reclamar porque...

Yo voy a descifrar una a una las palabras que salen de tu boca en este calor sofocante bajo las maderas de los tirantes que vas a mirar sin mirar mientras largas en un hilo de voz un veni, un no, un si, un quedate ahi, un veni conmigo,que vengas conmigo, quiero que pises el rio de verde que lo abrazan verdes y lo acompañan hasta que besa al otro rio verde y se hace uno como somos ahora por un rato o para...

Vos vas a gritar en silencio, para adentro, mirando al sol, vas a preguntarle sin que te oiga que adonde estoy, que cuando llegara ese rio al mar, los pies mojados pisando las piedras del lecho, frias como la cerámica del cuarto de muebles de algarrobo y desorden de libros que sentias mientras buscabas un vaso de agua mientras yo leia los libros hasta que tus manos llegaron otra vez, sin el vaso, sin el agua mojadas y las letras cambiaron de forma de lugar y leia otra vez tu vientre en mis ojos mi boca mis manos en tu rio, mirando tu sol,  y besando tu mar, sintiendo tus frutas por hoy o para siempre

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