margaritas

Por supuesto que no hay un dios. Hay un que se cree el unico, claro, pero hay un monton. Por ejemplo, el dios que me encontre ayer en el parque, escondido tras una margarita. Mal lugar, le dije, para esconderte dios que se esconde detras de una margarita, primero que nada, mi nombre no te lo dire, por que es muy dificil, y todos se burlan, pero me podes decir dios, asi con minuscula, lindo gesto del dios, sino me confundo con el otro que me presentaron pero que nunca vi, y que siempre promete mas de lo que da, no seas hereje, me reprendio el dios que se esconde detras de una margarita, de hecho no es el unico, pero es tuyo, asi que mas vale lo respetas, bueno, le pido disculpas, nada mas lejano de un heresiarca que yo, asi esta mejor, ahora, si me disculpa, una vez hechas las presentaciones, le dije, y limadas las asperezas teologicas, me puede decir que hace detras de esa margarita, por que si se esta escondiendo, o quizas acechando, o espiando, le advierto que no es el mejor de los lugares, piense nomas en que enamorado puede venir y tomar su margarita y dejarlo sin escondite asi sin mas, evidenciando su acecho, y asi sin ams, sin pedir permiso, y solo para sacarse la duda que le estruja el corazon, estamos hablando, claro, del amor, una de las dos cosas que si faltan lo ponen triste al hombre señor dios, que despierta dudas que calman quitando petalos a margaritas e intercalando me quiere y no me quiere metodo de muy dudosa efectividad, pero en la naturaleza de los enamorados esta hacer caso omiso a la efectividad,y claro que lo pense respondio, pero claro, dios precavido vale por dos, y me escondi detras de esta margarita que le faltan unos cuantos petalos, fijese mientras me invitaba a contemplar una margarita maltratada, los enamorados las prefieren mas radiantes, con muchos petalos, asi tienen mas posibilidad de encontrar el te quiero en el ultimo petalo, usted sabe que los enamorados no les gusta andar corriendo tantos riesgos, con el de amar, basta y sobra, y no tuve otra opcion mas que asentir ante el conocimiento tan acabado de este dios de las pasiones humanas, pero de todos modos tome la margarita y caminando para casa, empece a quitar los cuatro petalos que quedaban. Empece por un me quiere, y termine, para mi sorpresa en un me extraña.